martes, 15 de julio de 2014

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
En esta ocasión, en el fragmento de hoy de Un sueño hecho realidad, vamos a ver cómo los Templewood visitan a los Birkhust con la intención de que Olivia y Freddie puedan iniciar una relación.
Sin embargo, la intención de Daniel es bien distinta.

                            Entrar en la mansión que los Birkhust poseían en Dívar era lo último que Estelle esperaba hacer. Sin embargo, fue idea de lady Bridget el visitar a lady Birkhust y a su hijo Freddie. Estelle y Olivia entraron en el recibidor de la villa. Las dos intercambiaron una mirada cargada de significado. Ninguna de las dos quería estar en aquel lugar. Olivia no quería saber nada de Freddie. Y Estelle tampoco quería saber nada de Freddie. Pero los motivos por los cuales deseaba alejarse de aquel joven eran muy distintos a los motivos de Olivia.
-Tendría que haberme quedado en Calcuta-opinó la joven-Yo podría serle de mucha ayuda a tu hermano.
-¡Mi querida Bridget!-exclamó lady Birkhust cuando los cuatro miembros de la familia Templewood entraron en el salón-¡Qué alegría me da verte!
                             Freddie estaba allí, de pie, junto a su madre, pensó Estelle con nerviosismo. Y la estaba mirando.
                             Daniel se había jurado así mismo que intentaría mantenerse alejado de Estelle.
                             Pero, por algún motivo, terminaba encontrándose con ella. Sabía que no era culpa suya. Ni siquiera sabía el motivo real por el cual se encontraba allí.
                             Se sentaron.
                             Una criada hindú entró en el salón y sirvió el té. Daniel se sentía incómodo. Aquella villa era más grande que el chalet que tenían sus padres en Somosaguas. En ocasiones, tenía la impresión de que nada de lo que estaba pasando era real. En cualquier momento, se despertaría. Ana estaría a su lado. Pero recordaba todo lo que había ocurrido.
-El honorable Freddie Birkhust hace una bonita pareja con tu prima-le comentó lady Bridget a Estelle-¿No te parece, querida? Hemos de ayudar a Libby a que se empareje con ese gallardo joven, Estelle.
                            La aludida dirigió una mirada cargada de nerviosismo a su más que incómoda prima.
-¿Dónde estudió usted?-se atrevió a preguntar Olivia.
-No me acuerdo-respondió Daniel.
-Mi hijo, últimamente, se dedica a gastar bromas-intervino lady Birkhust-Lo cierto es que estás estudiando en Oxford.
-Es que quiero estudiar inglés a distancia.
                         Ocurrió contra su voluntad. Estelle se echó a reír con el comentario que acababa de hacer Daniel.
                          Cuatro pares de ojos se posaron en ellos. Lady Bridget carraspeó un poco incómoda y Estelle trató de aguantarse la risa. Se alisó una arruga imaginaria de su falda de color blanco.
-Lo siento mucho, mamá-se excusó-Es que me ha hecho gracia. Lo de estudiar inglés a distancia.
-Frederick, no entiendo el porqué has hecho ese comentario-le regañó lady Birkhust a Daniel.
-Tía, es la verdad-replicó el chico-Se puede estudiar inglés a distancia.
                          Tuvo que guardar silencio. La Tacañona no conocía los cursos CEAC. Ni sabía lo que era eso.
-Lo cierto es que mi hijo está muy raro desde que abandonó la plantación-se lamentó lady Birkhust-Debe de ser que se esté recuperando de alguna enfermedad rara.
-Ser pijo ya es una enfermedad de por sí-dijo Daniel.
                          Estelle se excusó. Se puso de pie y salió por la puerta delantera al jardín. No pudo contener la risa. Encontraba a Freddie Birkhust gracioso. ¡Gracioso! ¡Pero si contaba unos chistes malísimos! Cuando quería contar chistes deseoso de impresionar a Olivia. Eso ocurría casi nunca.
                          No se dio cuenta de que Daniel también se había puesto de pie. Se había excusado. Y había salido al jardín por la puerta principal. Para verla reírse. Para tener la sensación de que el Sol había salido.
                           Estelle se dio cuenta de que no estaba sola en el jardín. Dejó de reírse y clavó sus hermosos ojos azules en Freddie. El joven se acercó poco a poco a ella.
                           Consideró seriamente la idea de excusarse y de volver a meterse dentro de la casa. Después de todo, no había nada entre ellos. Estaba destinado a Olivia.
                           Y ella acabaría enamorándose antes o después del capitán Sturges. Era cuestión de tiempo y empezaría a amarle. Pero, antes, debía de mantener la distancia con Freddie. Por el bien de ambos...
-Tienes una risa muy bonita-la alabó Daniel.
-¡Por tu culpa!-le reprochó Estelle-¿Por qué haces esa clase de comentarios? No los ha entendido nadie.
-Pero te has reído.
-Porque me han hecho gracia. Aunque no tienen la menor gracia. Libby no se ha reído.
-Yo no quiero hacer reír a tu prima. Tan sólo quiero hacerte reír a ti, Estelle. No sé porqué me gusta tu risa. Hace que me reconcilie con el mundo. Que piense que todavía quedan en este jodido planeta cosas bonitas por las que vale la pena pelear.
                          En aquel momento, Daniel hablaba con el corazón. Se acercó a Estelle y, como movido por un impulso, posó sus labios sobre los labios de ella. Ella le rodeó el cuello con los brazos. No se resistió al beso que le dio Daniel. Correspondió a aquel beso con todo su corazón. Poniendo en aquel beso todo lo que sentía. Lo que se resistía a sentir.

 

                          Se separaron. Daniel permaneció con la frente apoyada contra la frente de Estelle. Luchando por alejarse de ella. Pero sin querer alejarse de ella.

1 comentario:

  1. Uy parece que por fin Daniel es algo feliz, a ver que pasa te mando un beso y te me cuidas

    ResponderEliminar