sábado, 21 de noviembre de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
No creáis que me he olvidado de esta historia.
Es cierto que no avanza como debe, pero el motivo es que tengo mil ideas rondándome la cabeza y otras tantas historias que están pidiendo a gritos que les dé un final.
Sin embargo, he podido avanzar un poquito con la historia de amor entre Daniel y Estelle.
En esta ocasión, nos vamos a centrar un poquito en Olivia. Vamos a presenciar una conversación entre Daniel y ella.

                                   A Daniel le sorprendió recibir una nota escrita de puño y letra de Olivia O' Rourke.
                                   En aquella nota, la prima de Estelle le citaba a la orilla del río Mandovi a las tres de la tarde.

                                   Mi prima se muere de amor por usted. 
                                   Le ruego que disculpe mis reservas. Pero tengo que saber que usted es digno de ella. 

                                Para cuando Daniel llegó, Olivia lo estaba esperando. Para él, aquella joven seguía siendo la hostil Cara de Perro. Trató de encontrar en ella a la joven que había vuelto loco (en todos los sentidos) a Freddie Birkhurst.
                                Era cierto que miss O' Rourke era una joven sumamente atractiva. Sin embargo, era la clase de mujer que solía mirar a los demás por encima del hombro. Su autoestima estaba muy disparada. Los miembros de la colonia inglesa de Calcuta debían de creer que era una salvaje. Sin embargo, Olivia debía de pensar, a su vez, que los salvajes eran ellos.
-Celebro que haya venido, mister Birkhurst-le saludó Olivia con cierta reserva.
-He venido porque quiere que hablemos de Estelle-atacó Daniel.
-¿Es verdad el rumor que circula por la isla?
                             Olivia era una joven alta. Estaba muy bien proporcionada. Su cuello era largo y esbelto. Sus ojos eran de color azul cielo. Igual que los ojos de Estelle...Pero la mirada de Olivia era fría y distante. En cambio, los ojos de Estelle tenían una mirada muy dulce.
                              En lo personal, Daniel sabía que no podía comparar a Olivia con Estelle. No entendía el porqué el gilipollas de Freddie se había vuelto loco por aquella chica.
                               En su opinión, Freddie había sido un pringao al principio. Luego, se había vuelto gilipollas. En cuanto a Olivia...Seguía siendo la misma engreída que era al inicio de la novela. Con la diferencia de que iba detrás de un secuestrador de niños. De no ser porque Jai se dio cuenta de que Amos era su hijo, sólo Dios sabía lo que habría hecho con él.
-¿A qué se refiere?-indagó Daniel.
-Hablo de que mi prima y usted tienen una aventura-contestó Olivia-Que son amantes. Y está su compromiso con Jane. He oído que ha roto con ella.
-Estelle y yo no somos amantes, miss O' Rourke. Estelle y yo nos amamos.
                          Se hizo el silencio entre ellos. Olivia estaba sopesando lo que iba a decirle. Debía de estar recordando la época en la que Freddie decía estar enamorado de ella.
-¿Por qué me cortejaba?-le preguntó a bocajarro.
-No lo sé-respondió Daniel.
                           Olivia tenía la piel tostada por el Sol.
                           Siendo sincero, Daniel no tenía ni idea del porqué el gilipollas de Freddie estaba cortejando a Olivia.
                             La joven llevaba recogido en un moño estrecho su cabello. Era largo. De color caoba...
                             No se parecía en nada a la gloriosa melena de color rubio de Estelle.



                            Olivia empezó a hablar. Le confesó a Daniel que, a pesar de todo, ella adoraba a Estelle.
-Lo último que deseo es que sufra-afirmó-Sé que hace poco que nos conocemos. Al menos, en persona. Pero nos hemos escrito muchas veces a lo largo de los años. Cartas muy largas, mister Birkhurst. No nos parecemos en nada. O, al menos, eso era lo que yo creía hasta que he llegado aquí, a La India. Estelle es una de las personas más maravillosas que jamás he conocido. De algún modo, estar cerca de ella es como estar cerca de mi madre.
-¿Por qué dice eso?-se sorprendió Daniel.
-El segundo nombre de Estelle es Sarah. ¿Lo sabía? Tía Bridget se lo puso en homenaje a mi madre. Se llamaba así. Sarah...Además, Estelle se parece mucho a mi madre. Incluso, cuando sonríe, sonríe como lo hacía ella.
                            Daniel trató de recordar los pasajes que había en la novela dedicados a Sarah Halliwell, la madre de Olivia.
                            Recordaba que el matrimonio de Sarah con Sean O' Rourke disgustó a la familia Halliwell.
                            Había dado por sentado que Sarah tenía el cabello de color caoba, como su hija.
                            Había dado por sentado que Olivia era un calco en todos los sentidos de su madre. Pero, al parecer, no era así. Quién realmente era un calco de Sarah era su sobrina, a la que nunca llegó a conocer.
-Lo sé-dijo Daniel-Miss O' Rourke, su prima es la razón por la que yo estoy aquí hablando con usted. Si estoy vivo es por ella.
-No lo entiendo-dijo Olivia.
                            Ni el propio Daniel entendía mucho todavía lo que había ocurrido. Los motivos por los cuáles estaba atrapado en aquel fanfic.
                             Sólo sabía que había pasado toda su vida soñando con Estelle. Que, de algún modo, todo lo que había vivido lo había llevado hasta ella. Alejandra...Ana...
                             Todo estaba relacionado con Estelle. No podía abandonar nunca aquel lugar. No podía alejarse de ella. Su vida estaba al lado de aquella criatura tan maravillosa.
-Estelle es lo mejor que me ha pasado en la vida, miss O' Rourke-afirmó Daniel con pasión-Los besos que me dan son mi oxígeno. Abrazarla me da fuerzas para seguir adelante.
-Habla de un modo que me asusta-se inquietó Olivia.
-Nunca podría alejarme de Estelle. ¡Es mi vida, miss O' Rourke! Sólo quiero que lo comprenda.