Hola a todos.
El fragmento de ayer de Un sueño hecho realidad estaba dedicado a Citu, toda una Enamorada de las Letras.
Os recomiendo que visitéis su blog porque todos los lunes y todos los viernes tenéis una cita con su preciosa novela Melodías prohibidas.
El link es:
http://enamoradadelasletras.blogspot.com.es/
El fragmento de hoy está dedicado a una buena amiga. Se trata de Anna, la administradora del "Romance" y toda una apasionada de la novela romántica.
Hace unos días, subió a su blog un pequeño relato de amor y de magia que nos invita a viajar a los cuentos que escuchábamos en nuestra niñez.
Os recomiendo que lo visitéis y que leáis este relato porque es precioso y mágico.
El link es:
http://romanceanna.blogspot.com/
En el fragmento de hoy de Un sueño hecho realidad, Estelle habla con Daniel (a quien cree Freddie) para hablarle de cómo tiene que cortejar a Olivia. El encuentro tiene un resultado inesperado para ambos.
Era cerca del mediodía.
Kanvar fue a buscar a Daniel y le entregó una nota.
El chico sonrió para sus adentros al leer aquella nota. Se la había escrito Estelle. Gracias a lo que recordaba de sus lecciones de inglés, supo que la joven quería verle aquella tarde.
Daniel supo que se encontraba en la aldea más grande de la isla, llamada Piedade. Estelle lo citaba en la fachada de la Iglesia Católica de Nuestra Señora de la Compasión sobre las cuatro de la tarde.
Daniel acudió puntual a la cita.
Estelle no entendía el porqué estaba tan nerviosa. Lo que quería hacer era aclarar la situación con Freddie de una vez por todas.
-¡Por fin llegas!-exclamó la joven cuando vio aparecer a Daniel.
-Recibí tu nota-dijo el chico-Me ha llamado mucho la atención que quisieras verme.
-Se trata de mi prima.
Daniel estaba harto de escuchar el nombre de Olivia.
-Es más que evidente que estás enamorado de mi prima y que lo que ha habido entre nosotros, si es ha habido algo alguna vez, no ha sido nada-prosiguió Estelle-Ha sido un sueño raro por mi parte. Y un momento de locura, además. Pero eso no significa nada. Se lo he contado a Olivia. Dice que no le da importancia. Pero miente.
-¿Quién te ha dicho a ti que tu prima te miente?-le preguntó Daniel.
-Mamá piensa que eres el mejor partido para Libby.
-¿Tu vieja piensa eso de mí? ¿Está fumada o qué?
-¡Frederick!
-Lo que quiero decir es que no soy la clase de tío que le mole a tu prima.
-Mira, creo que no te entiendo. Hablar de forma rara no te servirá conmigo, Freddie. Eres lo que mi madre busca para Olivia. No ha pasado nada entre nosotros. Yo, por mi parte, todo está olvidado.
Hacía mucho tiempo que Estelle conocía a Freddie. Le aseguró que era un joven apuesto y, cuando no bebía, era bastante agradable. Daniel se echó a reír. Era evidente que Estelle no le conocía tan bien como pensaba. Al tal Freddie, en realidad.
Los Birkhust eran una de las familias más ricas de toda la colonia inglesa. Y, además, estaban emparentados con la aristocracia. Si lo pensaba bien, Freddie era el mejor partido para Olivia. No podía encontrar otro mejor.
-Imagina que soy tu hermana-le propuso Estelle a Daniel-Te estoy pidiendo que me hagas un favor. Libby es una joven maravillosa. Tiene una imaginación febril y un tanto exagerada. Pero te aseguro que lo hace sólo para reírse de la gente que piensa de ella que es una salvaje. ¡Y no es ninguna salvaje!
-¿Y qué pasa contigo, Estelle?-le preguntó Daniel-¿Cuándo vas a pensar en ti misma?
-La felicidad de Libby es importante para mí.
-¿Y qué pasa con tu felicidad? Lo único que haces es hablar una y otra vez de Olivia.
Eso fue lo que más le molestó de la novela. El nombre de Olivia aparecía en todas las páginas. Era la protagonista absoluta de aquellas ochocientas y pico páginas. Los demás personajes parecían desaparecer. Incluso, Jai estaba desaparecido. Era muy difícil empatizar con un hombre maltratado por la vida si no aparecía nunca. ¡Hasta Kinjal aparecía más veces que Jai! Pero, claro, Kinjal era la mejor amiga de Olivia.
-Mi felicidad está con el capitán John Sturges-contestó Estelle-Es un hombre gallardo y educado. Algún día, será el marqués de Quenberry. Y yo seré su marquesa.
-Lady Quenberry...-dijo Daniel con tono burlón-No está mal.
-¡No te rías!
El Sol dio de lleno en el rostro de Estelle y Daniel se quedó sin habla. Tuvo la sensación de estar delante de una especie de hada. O de ninfa...
Tuvo la sensación de que Estelle no sentía nada por aquel niño pijo. Si estaba con él era porque la obligaban a estar con él. Porque la autora de la novela así lo había querido.
-Tú no estás enamorada del pijo ése-observó Daniel-No te engañes a ti misma. No le amas. No eres un personaje de ficción, Estelle. Eres de carne y hueso. Por algún motivo, lo que está pasando es real. Yo lo siento como real. Aunque sea un completo disparate.
-No entiendo nada de lo que me dices-replicó la muchacha, sorprendida-Pero sí sé que quiero mucho al capitán Sturges. Nos casaremos algún día. Y tú te casarás con mi prima. Y...
Estelle se interrumpió cuando Daniel le cogió las manos. Se las llevó a los labios para besárselas con fervor.
De pronto, Estelle sintió cómo Daniel la tomaba entre sus brazos. Cómo llenaba de besos su cara. Y cómo la besaba con fervor en los labios.
-Freddie...-susurró Estelle.
Le cogió las manos al joven y se las besó.
No pensó en nada mientras Daniel volvía a tomarla entre sus brazos. Mientras la abrazaba. Mientras la besaba con tanta pasión que Estelle sentía que todo lo demás desaparecía a su alrededor.
Pero regresó al presente. Se separó con gesto asustado de Daniel. Todo lo que estaba ocurriendo era demasiado disparatado. Daniel también lo pensaba. No entendía el porqué estaba obrando de aquel modo con aquella muchacha.
-¡No tiene que volver a pasar!-gritó Estelle, nerviosa.
-Y no volverá a pasar-le prometió Daniel.
-He de irme. No quiero verte nunca más a solas.
Se alejó corriendo del lado de Daniel.
Estelle llegó a la villa. Vio que Olivia la estaba esperando en el jardín, donde se disponía a plantar un rosal.
-¿De dónde vienes, prima?-le preguntó con preocupación-¡Qué pálida que estás!
Estelle estaba como ida y no sabía cómo había llegado hasta la villa de su familia. En lo único que podía pensar era en Freddie y en su encuentro. Había vuelto a pasar.
-¡Oh, Libby!-exclamó Estelle ahogando un sollozo.
Su prima dejó caer la paleta de jardín que sujetaba con su mano. Se acercó a su prima y la abrazó con cariño. Le dio un beso en la frente.
-Mi querida Estelle...-dijo Olivia con ternura-Tienes dieciocho años y estás empezando a descubrir el mundo. Y también estás empezando a descubrir nuevos sentimientos en tu interior.
Estelle se separó un poco de su prima. Tenía la sensación de que Olivia le estaba hablando con conocimiento de causa.
-¿Tú sientes algo por ese chico de Sacramento?-le preguntó.
-¿Te refieres a Greg?-inquirió Olivia.
-Sí...A veces, he pensado que no quieres saber nada de Freddie porque tienes a ese chico, a Greg, en la cabeza metido. No lo sé.
-Quiero mucho a Greg, es verdad.
-Pero...¿Estás enamorada de él? ¿Lo amas de verdad?
-Me he dado cuenta de que el cariño y el amor, en ocasiones, no significa lo mismo. No estoy enamorada de Greg. Y no entiendo el porqué tía Bridget desea emparejarme con mister Birkhust cuando no siento nada por él.
-Es un buen partido. Y el capitán Sturges es un buen partido para mí.
Había tanta desolación reflejada en el rostro de Estelle que Olivia, conmovida, volvió a abrazarla.
ohh dios! que capitulo más emocionante.
ResponderEliminarme encantó.
un abrazo.
Es toda una maestra nuestra amiga Laura.
ResponderEliminarSaludos maga de las letras.
Uy nena muchas gracias d enuevo y parece que Daniel se ha impresionado con Estelle. Te mando un beso y te me cuidas.
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