Hola a todos.
En el fragmento de hoy, veremos cómo Daniel parece haber olvidado a Estelle y haber dejado atrás su pasado. Lo cierto es que todo el mundo parece estar contento en este fragmento.
¡Vamos a ver lo que pasa!
El año 1991 estaba a punto de terminar.
Para Daniel, aquel año había supuesto muchas cosas. Hacía ya casi un mes que no había vuelto a soñar con Estelle. Había sido el año en el que había logrado salir del pozo en el que estaba sumido. Había encontrado a Ana. Gracias a ella, era alguien diferente. Tenía un curro. Tenía un piso.
Toda la pandilla de Ana se iba a reunir en la Plaza de Santo Domingo para recibir el nuevo año. Ana decidió que era la mejor ocasión de poder presentar a Daniel a su grupo de amigos. El chico había aceptado pasar la Nochevieja con ella.
Ana le había puesto un poco en antecedentes. Le habló de su novio Nando y de su amiga Tania. De que, a lo mejor, ellos iban a estar allí.
Se dirigieron a pie hasta la Plaza de Santo Domingo. Daniel estaba algo nervioso.
-Puede que no les caiga bien-afirmó, mientras algunos petardos empezaron a estallar.
-Yo creo que les vas a agradar-auguró Ana.
-Está tu ex.
-Eso ya está superado.
Toda la pandilla de Ana ya estaba congregada en la Plaza. Y parecían que estaban esperándola.
-¡Ana!-la llamó su amiga Tania.
-¡Qué sorpresa!-exclamó la aludida-Hacía ya un mes que no te veía, cabrona.
Daniel se sintió un poco al margen de todo aquello. No conocía de nada a aquella gente.
Sin embargo, poco a poco, Ana lo fue atrayendo hacia su grupo.
-Quiero presentaros a un chico muy especial-dijo la joven-Se llama Daniel.
-De modo que es éste-murmuró una de sus amigas-¿No es así?
Daniel se sintió incómodo. Ana se puso rígida, pero logró esbozar una sonrisa. Le dedicó una mirada cargada de cariño a Daniel.
-Es mi chico-lo presentó con orgullo.
Movido por un impulso, Daniel estrechó a Ana entre sus brazos y la besó con pasión en la boca.
-¡Así se hace!-aplaudió Tania-He de deciros que soy una chica feliz. Tenías razón, Ani. Vale la pena hablar las cosas.
Ana se apartó un poco de Daniel.
-¿Qué quieres decir?-inquirió.
En un primer momento, no entendió lo que Tania había querido decir hasta que, de pronto, se fijó en una cosa. Tania y Nando habían llegado cogidos de la mano y seguían cogidos de la mano. Ana se alegró sinceramente por ellos.
Tania logró llevarse a un aparte a Ana.
-¿Está enamorado de ti?-le preguntó su amiga.
-Dice que me quiere mucho desde hace algún tiempo-respondió Tania, radiante.
Pero lo que de verdad quería saber la chica era más cosas acerca de Daniel. Ana sonrió con picardía al hablarle de todos los momentos que habían pasado juntos. Le contó que lo que más le gustaba de él era su sonrisa.
En aquel momento, empezaron a sonar los cuartos y todos se centraron en lo que iba a pasar a continuación. Al ritmo de las doce campanadas, toda la gente, que era mucha, que estaba congregada en la Plaza de Santo Domingo se comió las doce uvas. Al llegar a la última uva, hubo un estallido de júbilo general.
-¡Feliz 1992!-chilló alguien.
Tania fue corriendo a abrazar a Nando. Algunas chicas se acercaron a Daniel para besarle en las mejillas.
-¡Feliz Año Nuevo!-exclamó el chico.
Los cohetes empezaron a estallar. El cielo de Murcia se iluminó con las luces de los fuegos artificiales. Era un espectáculo maravilloso.
Daniel y Ana se fundieron en un fuerte abrazo y el chico llenó de besos el rostro de su novia.
-¡Feliz Año Nuevo!-le deseó Ana.
-¡Feliz Año Nuevo a ti también!-le deseó a su vez Daniel-Gracias por haber llegado a mi vida.
-Soy yo quien te está agradecida por haberte conocido.
Uy que tierno, te mando un beso
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