domingo, 29 de junio de 2014

UN SUEÑO HECHO REALIDA

Hola a todos. 
Hoy, os traigo este nuevo trozo de Un sueño hecho realidad. 
En esta ocasión, nos centramos en Estelle, quien recibe una visita inesperada que le hará una advertencia relacionada con su futuro. 

                                  Estelle perseguía a su perrita Clementine mientras ésta correteaba por el jardín. 
                                  Ya habían pasado dos días desde que se celebró su dieciocho cumpleaños. Dos días en los que Estelle casi no había dormido. 
                                  Clementine ladraba alegremente. Hacía reír a Estelle. Jugar con ella le permitía no pensar en lo ocurrido entre el capitán Sturges y ella durante su fiesta de cumpleaños. Pero también le hacía no pensar en Freddie Birkhust. 
Clementine, ven aquí!-le pidió a su perrita-¡Serás mala! 
                                De pronto, Clementine se detuvo en seco. 
                                Estelle también se detuvo. Había un anciano vestido con una larga túnica en el jardín. Llevaba una poblada barba que le llegaba hasta el pecho. También tenía el pelo largo. Barba canosa...Pelo canoso...Estelle se envaró. 
-Estás intentando olvidar a un hombre, mensahib-le indicó a Estelle-Pero no puedes sacártelo de la mente. Ese hombre no pertenece a este lugar. 
-No le entiendo. 
                                El anciano sonrió. Había visto en sueños lo que le deparaba a aquella joven. 
                                Estelle se agachó para coger en sus brazos a su perrita. Curiosamente, Clementine no le ladró a aquel desconocido. Parecía emanar una curiosa calma. 
-Los dioses son caprichos en ocasiones-afirmó el anciano. 
-¿A qué se refiere?-inquirió Estelle. 
-Los dioses son los que deciden nuestro destino, mensahib. Y han decidido un destino curioso para ti. Pronto, será revelado. 
-Un destino...
-Ten paciencia. Lo entenderás a su debido tiempo. No se puede luchar contra algo que es imposible. 
                           El anciano se acercó a él. Depositó un beso paternal en su frente. Después, se alejó de allí. 
                          En aquel momento, su mayordomo la sacó de su estado de estupor. 
                         Le anunció la visita de su amiga Polly Drumond. Estelle dejó en el suelo a Clementine. La perrita se alejó de su lado ladrando. Polly salió al jardín. 
                           Estelle y ella se besaron en las mejillas. 
                          Polly le habló de su fiesta de cumpleaños. Le aseguró que toda la ciudad hablaba de ella. 
-¡Ha sido todo un éxito!-aplaudió Polly-Me imagino que tu madre estará encantada. 
-Supongo que sí-admitió Estelle. 
-Te noto algo distraída. 
                         Estelle trató de esbozar una sonrisa. Le dijo a Polly que lo estaba era acalorada. Se abanicó con la mano. 
                         Polly se echó a reír. 
-Deberías de estar acostumbrada a este calor tan sofocante-le recordó. 
                         Estelle no supo qué contestar. Tenía la mente en otra parte. 
                        Las palabras que le había dicho el extraño anciano la habían dejado sin habla. No entendía nada lo que había querido decirle. 
                         Pero aquellas palabras contenían una especie de aviso. Algo estaba a punto de pasarle. Posiblemente, estaba relacionado con Freddie Birkhust. Estelle se dijo así misma que debía de sacarse a aquel joven de su mente. Ojos de Grosella Hervida no era el hombre adecuado para ella. 
-Puede ser que estés pensando en el apuesto y gallardo capitán Sturges-sonrió Polly. 
-Puede que sea así-mintió Estelle. 
-¡Eres muy afortunada! Si el tío del capitán Sturges muere, él se convertirá en marqués. A tus padres les agradará que entres a formar parte de la aristocracia inglesa. Con un poco de suerte, podrás viajar a Londres. ¡Oh, siempre he querido viajar a Londres! 
-Es el sueño de muchas de las chicas que conocemos, Polly. Aunque no sea mi sueño. 

2 comentarios:

  1. Uy veamos que pasa, te mando un beso y te me cuidas

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    1. Hola Citu.
      Ahora viene lo mejor, je, je.
      Un fuerte abrazo.
      Cuídate.

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