lunes, 12 de mayo de 2014

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de Un sueño hecho realidad, nos centraremos en la figura de Estelle, que la tenemos un poco olvidada.
Un punto de inflexión en Olivia y Jai es la fiesta de cumpleaños de Estelle. La prima de Olivia cumplía dieciocho años y es durante la fiesta cuando Olivia conoce al maharajá de Kirtinagar. La simpatía que nace entre el maharajá y Olivia hace que la joven acepte hospedarse en el palacio de éste, donde traba amistad con su mujer, la maharaní Kinjal, quien llegará a convertirse en su mejor amiga, aliada y confidente. A través de esta pareja, Olivia conocerá más a fondo a Jai Raventhorne.
Este fanfic también hablará del cumpleaños de Estelle, pero en otros términos, evidentemente.
De momento, vamos a centrarnos en los preparativos para el décimo octavo cumpleaños de Estelle. A pesar de lo ilusionada que está, la chica tiene la mente puesta en otra parte.

                      Tanto Jai como Estelle habían nacido en la estación de los monzones.
                      Jai vino al mundo durante la última tormenta monzónica de la estación. Estelle nació con la primera tormenta monzónica.
                       Todos los años, el cumpleaños de Jai se retrasaba. En cambio, el cumpleaños de Estelle se adelantaba.
                        Sentada a la mesa, durante la hora del desayuno, Estelle mordía una galleta mientras escuchaba a toda su familia hablar acerca de su cumpleaños. Olivia, que se encontraba sentada a su lado, le dedicó una sonrisa.
-¡Haces que me sienta vieja!-bromeó.
-Mi cumpleaños, en teoría, no es hasta dentro de un mes-recordó Estelle-Lo que pasa es que solemos adelantarlo porque no es una buena idea hacer una fiesta en el jardín y que llegue el monzón. No es nada agradable de ver.
-Han sido varias las veces que se ha inundado la casa-intervino sir Joshua.
-En Sacramento, cuando llueve, no cae con tanta fuerza el agua-contó Olivia-Es una ciudad muy calurosa. Aunque...Me temo que Calcuta es todavía más calurosa.
                      El décimo octavo cumpleaños de Estelle era realmente importante para su familia.
                      Dejaba de ser una niña y se convertía en una mujer. Le había llegado la hora de tener su puesta de largo en Londres. Y Estelle lo había pensado mucho y no quería viajar a aquella ciudad que era una completa desconocida para ella.
-Deberías de estar contenta, cariño-le aseguró lady Bridget-Todavía recuerdo cuando cumplí dieciocho años. Pude abandonar ese internado infernal donde pasé casi toda mi adolescencia. Tu tía Sarah quiso venirse conmigo. No paró hasta que no se salió con la suya.
-Pero tú volviste a casa-le recordó Estelle.
-Lo que te pasa es que no quieres viajar a Londres-observó Jai-Llevo algún tiempo observándote y no soy tonto.
                     Estelle tuvo que darle la razón a su hermano.
                     La idea de abandonar Calcuta para emprender un viaje tan largo la aterrorizaba. Olivia entendía lo que estaba sintiendo su prima.
                    También ella había emprendido un viaje largo hasta un país desconocido. Pero sabía que regresaría a su casa en Sacramento antes o después. Sólo Dios sabía si Estelle regresaría a Calcuta.
-¿Has recibido carta de Freddie, Livvy?-le preguntó lady Bridget a su sobrina en un esfuerzo por cambiar de tema.
                       Fue peor el remedio que la enfermedad. A Estelle se le quitaron las ganas de comer.
-Madre, el honorable Frederick Birkhust debe de estar tan borracho como para acordarse de nuestras señas-respondió Jai, con sorna.
-¡Jai!-se escandalizó lady Bridget-¡Por el amor de Dios! ¿Cómo se te ocurre hablar de un caballero inglés?
-Con los ojos como las grosellas hervidas...-murmuró Estelle.
-No voy a hablar de lo que hace ese joven en su plantación delante de las chicas-dijo sir Joshua-Pero Jai tiene toda la razón. No entiendo el porqué pretendes emparejar a nuestra sobrina con semejante elemento. Livvy necesita otra clase de hombre.
-Livvy podría casarse con Jai, papá-intervino Estelle.
                        La idea llevaba algún tiempo rondándole la mente.
                        Al escuchar aquella afirmación, Olivia se puso roja como la grana.
                        Jai se atragantó con el café que estaba bebiendo. Tuvo que escupirlo mientras tosía.
-Imaginación no te falta, Anuradha-le sonrió mientras se limpiaba la boca con una servilleta.
-No hagas caso-le dijo Olivia-Tu hermana tiene mucha imaginación.
-A ti te gusta Jai-afirmó Estelle con vehemencia.
                       Sir Joshua miró de manera alternativa a su hijo y a su sobrina.
                       Lo cierto era que, en su fuero interno, tanto Olivia como Jai hacían una excelente pareja. Los dos parecían pensar de igual manera sobre cómo funcionaba el mundo. Jai admiraba a Olivia por su carácter fuerte. Y, a su vez, Olivia admiraba a Jai por su inteligencia. Además, Estelle se daba cuenta de lo cómodos que se sentían cuando estaban juntos.
-Eso no tiene nada de malo-opinó sir Joshua-Tu hermano tiene cierta edad. Y tu prima también tiene cierta edad. Y...
-Lo que quiere decir es que ninguno de los dos sois viejos-matizó lady Bridget.
-Lo que quiero decir es que ya va siendo hora de que tu hermano rehaga su vida-afirmó sir Joshua-Desde que murió Sujata, no ha vuelto a fijarse en una mujer.
-Estuviste tonteando con la hermana de Barnabus Slocum-recordó lady Bridget-De no ser porque es una cobarde, se habría casado contigo. Su hermano se quejaba de ti por tus orígenes. ¡Todo el mundo sabe que tanto Barnabus como su hermana son hijos del primo del hombre que dice que es su padre!
-Madre...-dijo Jai con cariño-Estelle y tú sois iguales. Parecéis saberlo todo de todos.
-Eso es bueno-sentenció la aludida con firmeza-Así, nadie me engaña. Todas mis amigas se mueren por ti, pero ninguna lo reconoce.
-¿Y tú te mueres por alguien?-inquirió Olivia.
-Por el capitán Sturges...-contestó Jai en lugar de Estelle.
                     ¡Ojala me esté muriendo de amor por el capitán Sturges!, pensó la muchacha. En lugar de estar pensando en un joven con los ojos del color de las grosellas hervidas.
                    Jai y sir Joshua se levantaron los primeros de la mesa. Tenían que irse a trabajar. Jai besó a Estelle en la mejilla para despedirse.

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