viernes, 7 de marzo de 2014

UN SUEÑO HECHO REALIDAD (ENTRADA PROGRAMADA)

-¿Conoces a alguno de ésos?-le preguntó Olivia a Estelle-No los he visto en mi vida. Están todos muy serios. ¿Por qué posan para los retratos? ¡Nunca se ríen! Y deben de pasar horas y horas en la misma posición. Es muy cansado. 
-Nunca he posado para ningún retrato-respondió Estelle-Y no creo que lo haga nunca. 
                    Era la primera vez que Olivia visitaba la Galería Real. La mejor amiga de Estelle, Charlotte Smithers, iba con ellas. Al oírlas cuchichear, les lanzó una mirada fulminante. 
-Dile a tu prima que se comporte-le siseó a Estelle. 
-Discúlpala-se excusó la chica-Es la primera vez que viene aquí. 
                     Olivia conocía a todas las amigas de Estelle. 
                     La muchacha había pensado que sus amigas aceptarían a su prima de buen grado. Sin embargo, eso no había pasado. Hablaban de ella cuando estaba presente. Pero Estelle sospechaba que la criticaban a sus espaldas. Lo cual le desagradaba mucho. Olivia escuchó el siseo de Charlotte y se envaró. 
                     No abandonó la Galería por respeto a Estelle. La chica miró los cuadros que colgaban de las paredes. Pertenecían a la familia de la Reina Victoria. Empezando por su tío, el Rey Jorge IV. Aquellos rostros serios miraban a las personas que estaban en la Galería. 
                     Estelle se sintió incómoda. Recordaba el sueño que había tenido dos noches antes. Tuvo la impresión de ver a lo lejos al capitán Sturgis. 
-Creo que el capitán está enamorado de ti-le cuchicheó Charlotte-¡Te está mirando! 
-Viene con su madre-le recordó Estelle. 
                   En el pasado, las atenciones del capitán Sturgis habrían alimentado el ego de Estelle. Pero no podía apartar de su cabeza el sueño que había tenido con Freddie Birkhust. No era sólo un sueño. Se trataban de sueños. 
-¡Ya se ha ido!-se lamentó Charlotte. 
-A lo mejor, no era él-opinó Olivia-De haber sido él, se habría acercado a saludar a Estelle. ¿No creéis? 
                   La aludida guardó silencio. No le había contado a nadie los sueños que tenía con Freddie Birkhust. Cierto era que no eran sueños del tipo del que una dama debía de avergonzarse. Pero aquellos sueños revelaban algo íntimo que podía empezar a sentir por él. O por el joven que tanto se parecía a Freddie Birkhust. 


                       Clive, el hermano de Charlotte, fue a buscarla a la Galería al cabo de tres cuartos de hora. Estelle se sintió intimidada por la mirada lasciva que le dedicó. La besó en la mano a modo de saludo. Apenas le hizo una distraída reverencia a Olivia. 
                       Las dos primas regresaron a la casa de los Templewood dando un paseo. Aún era de día. 
-Cuéntame lo que te pasa-instó Olivia a Estelle-Casi no has abierto la boca en el rato que hemos estado en la Galería. Perdóname que te lo diga, prima. Pero eres la chica más habladora que jamás he conocido. Algo te pasa. Tu hermano me lo ha contado. 
-¿Has hablado con Jai?-inquirió Estelle. 
-Tuviste una pesadilla la otra noche. Él piensa que los sueños que tenemos tienen su origen en algo que nos afecta. Hablar hace bien. Mi vecina Sally lo dice. 
-Será que voy a cumplir dieciocho años. Será que no me gusta cómo Clive me mira. Será que el capitán Sturgis está interesado en mí. Serán muchas cosas. No sabía por dónde empezar. ¡Puede que sean sólo tonterías! 
-O puede que sea algo más importante. 
-No lo creo. He tenido una vida demasiado corta y sobreprotegida. No creo que sea nada importante. 

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