UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo trozo de Un sueño hecho realidad. 
Los años han pasado. Se han producido muchos cambios en la vida de Daniel. Los recuerdos le afectan. Un descubrimiento acerca de su pasado cambiará su vida para siempre.

-¿Qué te pasa, tío?-le preguntaron sus colegas-Te vemos amuermao.
               La mente de Daniel funcionaba a gran velocidad.
               Corrían los primeros días de febrero del año 1990.
               Repasaba los últimos años de su vida. Poco a poco, el grupo se estaba dando a conocer. Él seguía con Alejandra. En eso no había cambiado. Alejandra y él vivían juntos. Estaban pensando en casarse. En realidad, era Alejandra quien estaba pensando en casarse.
                Ya no soñaba tan a menudo con la chica rubia. Pero su vida había dado un gran cambio. Y no se lo debía sólo a Alejandra.
                Pensaba en el último año en el instituto. Cuando hicieron C.O.U. Alejandra estaba muy contenta. Ya se veía con su flamante título de Medicina. Aún en contra de su voluntad, se sorprendía así misma soñando despierta, incluso, en clase. Se veía así misma descubriendo la cura contra todas las enfermedades del mundo. Erradicando el dolor de las personas. Quería ayudar a la gente. Su tutor habló con ella. Dijo que era capaz de conseguir grandes logros.



                   A petición de ella, Daniel la acompañó a la biblioteca.
                   Lo primero que hizo cuando se encontraron detrás de una estantería fue robarle un beso.
-¡Dani!-le regañó Alejandra.
                     Ella había ido a la biblioteca a estudiar. Daniel tenía la mente puesta en otra parte.
-Hay tiempo para todo-le aseguró.
                      Alejandra se apartó de él. Buscó un libro de Literatura. Tenían que hacer un trabajo sobre la Literatura en el Siglo de Oro. Lo encontró.
-Deberías de ponerte manos a la obra-le espetó a Daniel-Me refiero a que busques un libro. Tenemos un trabajo que hacer.
-Y lo entregamos la semana que viene-le recordó su novio.
                     Alejandra bufó. Tenía la sensación de que era imposible hablar con Daniel. Su novio no quería hacer nunca los deberes. No parecía estar preocupado por su futuro más inmediato.
-¡Vamos!-le instó.
-Está bien-cedió Daniel.