sábado, 19 de diciembre de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Un sueño hecho realidad. 
Vamos a ver lo que le pasa a Daniel.

                            En el instituto donde Daniel estudió se hacían varios módulos. Uno de aquellos módulos era el de Administración.
                           De haber sabido que iba a terminar en una reunión de negocios, Daniel habría prestado más atención a los sermones que le daba su padre sobre cómo manejar la empresa. Una empresa que había ido a parar a manos de sus tíos. A ciencia cierta, Daniel no sabía en qué sector trabajaba su padre. Sólo sabía que estaba días lejos de casa.
                        Nunca había mostrado el más mínimo interés por los negocios de su progenitor.
                        El local donde Daniel se encontraba en aquellos momentos no tenía nada que ver con los clubes a los que acudía Freddie Birkhurst. Era un local mucho más modesto. Tenía el tamaño de una cochera, en su opinión. Quién lo regentaba era un hombre oriundo de Oporto. Los tres camareros que trabajaban allí eran también de Oporto. Estaba sentado a la mesa en compañía de sir Joshua y de Jai. El hermano de Estelle había desplegado un mapa sobre la mesa.
                       Era un mapa de China. Hablaba de las colonias que había en Pekín.
                       De las empresas que también se dedicaban a la importación y a la exportación. Mencionó muchos nombres. Nombres ininteligibles en opinión de Daniel...
-¿Qué empresa puede traernos beneficios?-le preguntó Jai.
                     Miró a Daniel directamente a la cara. El joven se quedó helado.
                     ¿Empresas chinas? ¿También debía de buscar el nombre de una empresa china? Su mente empezó a dar vueltas.
-Pues...-balbuceó.
                     No tenía ni idea. Trató de memorizar los nombres tan raros que había mencionado Jai. Un balbuceo brotó de su garganta. Sir Joshua se le quedó mirando sorprendido.
                     Daniel pensó que acababa de soltar una burrada. No había mucha gente en aquel local. El olor a puro se le hizo insoportable.
                      ¡Hasta sir Joshua fumaba puros!
-¿Shí Lliú?-fue todo lo que había dicho Daniel.
-Es una empresa china-contestó sir Joshua.
-Pues...Es bueno que hagamos negocios con ellos directamente. No con los ingleses...
                     Sir Joshua arqueó una ceja. Intercambió una mirada llena de interrogaciones con su hijo.
                     ¿Hacer negocios con los chinos? Sólo habían comerciado con miembros de las distintas colonias inglesas que había repartidas por toda Asia. En realidad, hacía mucho tiempo que sir Joshua no trataba con los nativos de otros países. ¡Ni siquiera con los nativos de La India!
                   La última vez que trató de hacer negocios con ellos acabó ganándose el odio de un jefe tribal tras casarse con su hija. Lo cierto era que sir Joshua nunca se había llevado bien con ninguno de sus suegros. Ni con el padre de Chandramani...Ni con mister Halliwell...
-Se dedican a la exportación de té-comentó una voz femenina-Pero nunca han hecho negocios con los ingleses.
                    Sir Joshua, Daniel y Jai se quedaron sorprendidos. Olivia y Estelle acababan de entrar en el local. En realidad, había sido Estelle la que había hablado. La muchacha se acercó a la mesa. Olivia se quedó un tanto apartada.
-¿Acaso Freddie ha tenido una mala idea?-sonrió Estelle-He oído que el señor Fang, el dueño de la empresa, está buscando socios ingleses.
                    ¿Cómo sabes tanto de negocios?, quiso preguntarle Daniel. En la novela, era Olivia quién mostraba mucho interés en los negocios de su tío. Era evidente que aquel asunto la aburría.
                    No era el caso de Estelle. Al parecer, la muchacha debía de leer la prensa. Imaginó que debía de hacerle toda clase de preguntas tanto a su padre como a su hermano.
                   Sir Joshua y Jai volvieron a intercambiar una mirada cargada de interrogantes. Debían de estar sopesando la idea que habían tenido Daniel y Estelle. Hacer negocios con los chinos. Deberían de solicitar información sobre la empresa.
-Shí Lliú es una empresa en alza-añadió Estelle-Tiene muchos años, ya que se pasa de padres a hijos. Pero el actual dueño, el señor Fang, es un hombre muy moderno. Durante años, la empresa no se ha movido de Chengdú, donde está ubicada. Pero el señor Fang quiere abrirse al mundo. Habla de hacer negocios hasta en París.
                   Daniel miró a Olivia. Era más que evidente que no entendía nada de lo que estaba hablando su prima. De pronto, Estelle había acabado mutando en una mujer de negocios. Sir Joshua y Jai parecieron estar contentos.
                 En su opinión, Daniel había tenido una idea excelente. Y la información que les había proporcionado Estelle les había ayudado a decidirse.
-No obstante, es mejor que nos informemos bien-afirmó Jai.
                 Pensó que sería una buena idea viajar a Chengdú. Así lo anunció. Olivia se acercó a la mesa. Se había puesto pálida de golpe.
-¿Es necesario?-le preguntó con la voz ahogada-Quiero decir que habrá gente aquí que los conozca.
-Nunca antes han salido de Chengdú-respondió Jai.
-La familia Fang sólo ha hecho negocios en el interior de China-intervino Estelle-Es ahora cuando quieren abrirse paso en Europa. Empezando por las colonias europeas en Asia. Están buscando un socio europeo. En el pasado año, sólo obtuvieron ganancias.
                    La muchacha enumeró las especies que importaban. Canela...Anís estrellado...Clavo de olor...
                    Jai besó a su hermana en la mejilla.
                    Estelle se giró hacia Daniel, quién la contemplaba con estupor. Le costaba trabajo reconocer en aquella mujer de negocios a su adorada Estelle.
-Es bueno leer el periódico-se jactó la chica-¿No te parece?
                   Le dio un beso entusiasta en los labios.
                   Sir Joshua carraspeó.
                   Olivia pensó que se iba a desmayar. Jai se iba a Chengdú. Lo acababa de anunciar. ¿Y si no volvía a verle? Jai quería partir cuanto antes. Sólo Estelle se percató de lo pálida que se había puesto su prima. Olivia no podía ni disimularlo. No era una buena actriz.

 

-Libby...-la llamó Estelle-¿Te sientes mal?
-Me marea el olor a puro-contestó la aludida-No lo soporto.
-Será mejor que nos vayamos a casa.
-Tienes razón.

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