viernes, 29 de agosto de 2014

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
A partir de ahora, aparecerán otros personajes de Olivia y Jai en escena (amigas de Estelle) y puede que alguna de ellas nos dé alguna que otra sorpresa.

                               La semana siguiente transcurrió como en un sueño para Daniel y para Estelle.
                               Solían encontrarse en los arrozales, cuando ya no había nadie trabajando allí. Estelle acudía a cada cita nerviosa. Por suerte, Olivia estaba al tanto de sus encuentros. Y le cubría las espaldas.
                               Daniel solía besarla en las mejillas. La besaba en las manos. La besaba en los labios. Y la besaba en los labios con esa mezcla tan extraña y tan dulce de pasión, de desesperación y de ternura. A veces, Estelle tenía la sensación de que Freddie era otro joven. ¡Pero estaba delante de ella!
                           No se parecía en nada al capitán Sturges.
                           También le comparó con Clive Smithers. Lo cierto era que Clive y Freddie habían sido amigos en el pasado. Sin embargo, desde hacía algún tiempo, no se relacionaban. Freddie no había mencionado para nada el nombre de Clive. Parecía que ni se acordaba de él. Clive acudió a despedirse de Estelle cuando los Templewood abandonaron Calcuta para irse a Dívar.
                            Clive era un cabeza loca. Pero Estelle tenía que reconocer para sus adentros que se había portado bien con ella. Prometieron escribirse. Clive depositó un beso en su frente. Pero también la beso en la mejilla.
-A veces, tengo la sensación de que no eres tú-le confesó Estelle a Daniel durante una de aquellas citas en los arrozales.
-¿Qué quieres decir?-preguntó el joven, un tanto nervioso.
                       Quería confesarle la verdad a Estelle.
                       Pero era una verdad tan disparatada que pensaba que ella no se la creería. Ni él mismo terminaba de creerse lo que estaba pasando.
                        Por las mañanas, cuando se despertaba, tenía la sensación de que estaba en su piso en Murcia. Pero, entonces, entraba Kanvar en su habitación. Y se daba cuenta de que lo que estaba pasando era real. Recordaba las palabras del yogui. No podría salir nunca de allí. Estaba cumpliendo su Destino.
                       Daniel ya no tenía familia en Madrid. Posiblemente, ni sus tíos ni sus primos le echarían mucho de menos. Pero estaban sus colegas.
-Cuando nos encontramos en la Biblioteca, tuve la sensación de que eras otro hombre-respondió Estelle-Luego, cuando te vi borracho en la "burra khana" de los Pennworthy, pensé que era sólo mi imaginación. Que no habías cambiado. Que seguías siendo un crápula. Un borracho...Pero...No bebes. Ya no te vas de juerga por ahí. Antes...Adorabas a mi prima Libby. ¿Qué te ha pasado, Freddie?
-Tu prima es una mujer muy buena-contestó Daniel-Pero no es el tipo de mujer que me guste.
-¿Y qué ha pasado con las juergas? Todo el mundo comenta que ya no bebes. Es más. He oído decir que estuviste achicando agua junto con tus criados cuando tu casa en Calcuta se inundó.
-Bueno...Se trata de la casa de mi madre. Y yo tenía que hacer algo al respecto.
-Nunca habrías hecho eso antes. Te habrías encerrado en tu habitación. O te habrías metido en el despacho de tu padre a beber. No te reconozco, Freddie. Pero...Admito que me gusta el nuevo Freddie.
                         Estelle esbozó una sonrisa.
                         Daniel se apoderó de manera ardiente de sus labios.
                         Regresó al cabo de un rato a la villa de los Birkhust. Daniel estaba sumido en una especie de sueño.
                         No se dio cuenta, al entrar en el salón, de que su madre no estaba sola. Había una joven con ella. La joven le miraba con el ceño fruncido. No se trataba de Olivia. Freddie no recordaba haber leído nada acerca de que Freddie tuviera una hermana.
-¿Quién eres tú?-le preguntó a la joven.
-¡Oh, Freddie!-respondió la joven, nerviosa-¿Es que no me reconoces?
-Es la primera vez que te veo.
-¡No me mientas!
                        Lady Birkhust se parecía más que nunca a Las Tacañonas. Pero en una sola mujer...
-Esta joven es la señorita Jane Watkins-explicó lady Birkhust.
                        Daniel hizo memoria. Recordaba a una tal Jane.
-¿Eres amiga de Estelle?-le preguntó.
                        Lady Birkhust se envaró. Su hijo se había referido con demasiada familiaridad a la prima de la señorita O' Rourke. No sabía adónde iba Freddie cuando salía por las tardes.
-¡Frederick!-sollozó la tal Jane.
-¿Has venido buscando a Estelle?-inquirió Daniel.
-¡Tú me prometiste que nos casaríamos! Vine aquí a buscarte. ¿Y qué me encuentro? ¡Estás cortejando a esa californiana!
                          Daniel tardó unos instantes en reaccionar. Jane no paraba de lloriquear. La vena del cuello de lady Birkhust se hinchó de manera espectacular.
                         Daniel trató de hacer memoria. En la novela, no se mencionaba ninguna relación amorosa entre Freddie y una tal Jane. De hecho, Freddie se pasaba toda la novela babeando por Olivia. Todo lo que estaba pasando no guardaba relación alguna con Olivia y Jai. 
                        La tormenta monzónica...El hecho de que estaban en Dívar. La supuesta relación amorosa entre Freddie y Jane...Todo lo que estaba viviendo lo había escrito Ana en su libreta. Se arrepintió de no haberla leído.
                           De aquel modo, podría ir un paso por delante.



                            De pronto, pensó en Estelle. ¡Sólo Dios sabía lo que aquella joven podía decirle!
-Freddie...-murmuró Jane con adoración.
-Mira, lo siento-se excusó Daniel-Pero no siento nada por ti. No recuerdo gran cosa de lo que ha pasado entre nosotros. Pero...
-No ha pasado nada entre nosotros. Tan sólo nos hemos prometido en matrimonio.

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