lunes, 29 de julio de 2013

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Y seguimos sin movernos de Calcuta.
Estelle también tiene las mismas visiones que sufre Daniel.
¿Será el anticipo de algo distinto?

                  Lady Bridget observó con el ceño fruncido el rostro pálido de su hija. Por lo general, Estelle gozaba de un saludable apetito. Aún comiendo mucho, siempre estaba delgada. Era puro nervio.
-Tienes mala cara-observó lady Bridget-Será mejor que envíe a alguien en busca del doctor Humphries.
                Estaban sentados a la mesa del desayuno. Estelle negó con la cabeza.
-Estoy bien-dijo-Sólo he pasado mala noche.
                Bebió un sorbo de su vaso de zumo de naranja.
                No sabía cómo explicar el sueño tan extraño que había tenido la noche antes. Había soñado de nuevo con aquel chico. Parecía el hermano gemelo de Freddy Birkhust. ¡Hasta tenía sus mismos ojos! A Estelle, los ojos de Freddy le recordaban a las grosellas hervidas.
               Eran unos ojos grandes. Y poseían una extraña tonalidad rojiza. No tenía nada que ver aquella tonalidad con la ingesta de alcohol, al que era muy aficionado Freddy. Sus ojos tenían el iris de color rojizo. Eran los ojos más extraños que Estelle jamás había visto. En aquel sueño, aparecía el hermano gemelo de Freddy. Vestía de un modo muy raro. Y ella también aparecía vestida de un modo muy raro.
               Entablaba conversación con ella.
-¿Creéis que los sueños pueden significar algo?-quiso saber Estelle-Quiero decir que si los sueños pueden avisarnos de que algo está a punto de pasar.
-Creo que ninguno de nosotros podría darte una respuesta correcta, hija-contestó sir Joshua.
-Prima...-se asombró Olivia-Empiezas a hablar como los faquires ésos que tragan fuego.
-Los faquires ponen a prueba su resistencia-la corrigió lady Bridget-Con quien Estelle debería de hablar es con un yogui.
           La muchacha no conocía a ningún yogui. Quería pensar que aquel sueño era el fruto de una mala digestión. Lo había leído en un libro.
           Lo raro era que aquel sueño era cada vez más frecuente. ¿Por qué soñaba con aquel joven? ¿Acaso significaba que se estaba enamorando de Freddy Birkhust? La idea estuvo a punto de hacerla reír.
             ¿Enamorada ella de Freddy Birkhust? ¡Jamás!
           Pasó el resto del desayuno sin articular apenas palabra.
           En realidad, ya se sabía para quién sería destinado Freddy Birkhust.
           Lady Bridget parecía empeñada en emparejarlo con Olivia. La idea le sentaba a su prima igual que una patada en el estómago. No le había conocido todavía en persona. Pero había oído hablar de él. Casi prefería regresar a Sacramento nadando. Estelle no podía culparla.
-¿Por qué no invitamos al bueno de Freddy una tarde?-sugirió lady Bridget.
-Avísame cuando sea esa tarde porque Arthur y yo estaremos muy ocupados-intervino sir Joshua.
           Estelle y Olivia disimularon una sonrisa.
           Sir Joshua no albergaba la menor simpatía por el joven.
           En su opinión, se trataba de un petimetre inglés. Un inútil al que su padre había castigado por haber sido expulsado humillantemente de la mejor Universidad inglesa. Creía que el viaje a La India le convertiría en un hombre adulto. Pero, por lo visto, no estaba ocurriendo nada de eso. Freddy no salía de un lío cuando ya estaba metido en el siguiente. Era la clase de hombre del que cualquier joven sensata se mantendría alejada.
             Y su sobrina Olivia era muy sensata.
-Tengo que irme-anunció sir Joshua.
-¿Ya te marchas?-se asombró lady Bridget.
-He quedado con Jai. Quiere enseñarme el nuevo clipper que ha adquirido. Si sigue así, mi hijo acabará dominando el mundo. Bueno...-Le guiñó un ojo a Estelle-Él y su preciosa hermana...Le ha puesto tu nombre.
-¿Mi nombre?-se maravilló Estelle.
-Sí...-contestó sir Joshua-En hindú...Ha bautizado a su clipper como Tara. Ya sabes que significa estrella en hindú. De haber querido tu madre, te habrías llamado así.
-Tu madre quería tener una nieta que llevara su nombre-le recordó lady Bridget-Los nombres de los hijos pueden marcarles. Jai significa victorioso. Olivia significa paz. Y Estelle significa estrella. Mi institutriz decía que los nombres de nuestros hijos son los que marcan su suerte. Creo que tiene razón. Libby, tu madre hacía honor a su nombre. Parecía una auténtica Princesa.
-A pesar de las diferencias que hubo entre ella y tú, sé que la querías mucho, tía Bridget-afirmó Olivia.
              Era verdad. El segundo nombre de Estelle era Sarah. Por lo menos, conservaba algo de la tía que nunca llegó a conocer.

                Aquella noche, Estelle no podía conciliar el sueño.
                Sin hacer el menor ruido, bajó al jardín. Se echó un chal sobre los hombros.
                Olivia tampoco podía dormir.
               Se asomó a la ventana. Se asombró al ver a su prima sentada sobre el césped. Al verla, había pensado que se trataba de una aparición. Luego, se tranquilizó cuando vio que se trataba de una persona de carne y hueso.
                Se puso la bata. También bajó al jardín.
-No deberías de estar aquí-la regañó suavemente.
               Estelle se sobresaltó al darse cuenta de que no estaba sola.
-No podía dormir-le confesó-Si me quedaba más tiempo acostada, me volvería loca. Veo que tú tampoco puedes dormir.



                El caso de Olivia era distinto. No hacía ni un mes que había llegado a Calcuta.
-Me resulta extraño estar tan lejos de mi casa-le contó a su prima.
               Se sentó a su lado en la hierba.
               Estelle podía ponerse en la piel de Olivia. Había hecho un viaje demasiado largo. Sólo estaría fuera de su hogar durante un año.
-Tengo miedo de que algo pase-admitió Olivia-Tengo un presagio. No volveré nunca a Sacramento. Me da miedo.
-Volverás a casa-le aseguró Estelle-Cuando llegues, tu perro Spike saldrá corriendo a saludarte, ladrando y moviendo la cola. Deberías de haberlo traído. Podría hacer buena pareja con mi perrita Clementine. 
-Lo dudo mucho. Spike es el doble de grande que Clementine. 
           Olivia sonrió con tristeza al pensar en lo que había dejado en Sacramento. Estelle rodeó con su brazo los hombros de su prima. Detestaba verla tan triste.
-El año que viene, podría ir a visitaros al tío Sean y a ti-propuso.
-No creo que tus padres se opongan-dedujo Olivia.
              Ella se sentía fuera de lugar en Calcuta. Y creía que Estelle se sentiría fuera de lugar en Sacramento. Aunque sospechaba que su prima también se sentía fuera de lugar en Calcuta. No era hindú. No era inglesa. Estelle no sabía qué era realmente. Una mujer sin tierra, pensó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario