Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi "fanfic" Un sueño hecho realidad.
Daniel está hecho un manojo de dudas. Y Jane vuelve a la carga.
¡Veamos qué pasa!
Ver de nuevo a Jane Watkins no fue nada agradable para Daniel.
Y, encima, fue La Tacañona la que la invitó a que tomara el té con ella.
A Daniel le daba mucho asco tomar el té, pero era una costumbre inglesa que seguía a rajatabla los miembros de la colonia inglesa en La India. Lady Birkhurst no era ninguna excepción. Pero el té que tuvo que tomar aquella tarde se le indigestó. Jane sabía muy bien lo que quería. Quería convertirse en la nueva lady Birkhurst.
-¿Por qué no has regresado a Calcuta?-le preguntó Daniel, intentando controlar su cólera.
-¡No puedo volver allí!-respondió Jane, al borde del llanto-¡Mis padres no me perdonarán el escándalo tan terrible que he protagonizado! ¿No te das cuenta?
-Tía, tampoco es para tanto. Quiero decir que te has ido de casa. Ya eres mayor de edad, ¿no?
Lady Birkhurst fulminó a Daniel con la mirada.
Su hijo había vuelto muy cambiado de la plantación, pensó. Cierto era que había abandonado las borracheras. Le veía más centrado. ¡Pero estaba centrado en otras cosas!
-¡Frederick!-exclamó lady Birkhurst, indignada-¿Cómo puedes hablar así?
Daniel miró de manera fija a Jane. Le calculó que tendría unos diecinueve años. Sabía que era un poco mayor que Estelle.
En su época, una chica de diecinueve años era libre de ir y venir cuando quisiera. Lo cierto era que también había padres muy carrozas que querían tener a sus hijas encerradas en casa.
-No te reconozco, querido-lloriqueó Jane.
-¡Tía, no soy tu querido!-le recordó Daniel-Ni me he casado todavía con Estelle. Y me voy a casar con ella. Ni me liaría contigo en un millón de años.
-¡Frederick!-chilló lady Birkhurst.
-¡Me estás ofendiendo!-sollozó Jane.
La joven era muy buena actriz. Había sabido camelarse a La Tacañona. Sin embargo, Daniel estaba empezando a conocer demasiado bien a aquella dama. En su interior, seguía empeñada en verle casado con Olivia. Ya no pensaba en la prima de Estelle como Cara de Perro. Sin embargo, no terminaba de caerle bien.
-Lo siento-se disculpó Daniel.
-Querida, Frederick no sabe qué hacer para compensarte-le dijo lady Birkhurst a Jane-Pero estoy segura de que todo esto tiene una solución.
Irme bien lejos de aquí, pensó Daniel. Pero no podía regresar a su tiempo.
Estelle no sabía la verdad. Antes o después, debía de contárselo. En el fondo de su corazón, Estelle sabía que él, en realidad, no era Freddie Birkhurst.
-¡Tiene que casarse conmigo!-exclamó Jane indignada.
-¡Ni borracho, tía!-le aseguró Daniel-¡Jamás!
-Frederick quiere decir que hablará con tus padres-intervino La Tacañona-Les expondrá la situación.
-¡Mi padre no lo entendería!-se inquietó Jane-Usted no conoce a mi padre, Excelencia. Me encerraría en un convento de enterarse. ¡Y yo no he nacido para ser monja!
-Compadezco a las monjas-masculló Daniel.
La Tacañona le fulminó con la mirada.
-Mi hijo estaría encantado de casarse contigo, querida-mintió-Pero...En su corazón hay otra mujer.
Daniel se quedó de piedra al escuchar aquellas palabras. ¿Acaso lady Birkhurst había entrado en razón?
Sinceramente, no entendía el porqué todos los personajes de Olivia y Jai estaban obnubilados con una mujer tan desagradable y tan prepotente como lo era Olivia. Tenía la sospecha de que hasta Arthur Ransome, con la edad suficiente como para ser su padre, estaba enamorado de ella en secreto.
Sin embargo, Jane estaba ganándole por goleada a Olivia en el aspecto de ser insufrible.
-Me alegro de que asumas que me voy a casar con Estelle-afirmó Daniel, un tanto escéptico-Iré a hablar con sir Joshua.
-¡Estaba hablando de Olivia!-se exasperó lady Birkhurst.
-Te has equivocado de prima, tía. Es con Estelle con quién me voy a casar. Creo que la sordera es congénita en esta familia.
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